Las
botellas sensoriales son uno de esos juguetes muy fáciles de crear,
económicos y que aseguran en un hijo horas y horas de juego,
observación, exploración...
Se
trata de crear unas botellas con diferentes elementos dentro que
permitirán a la niña o al niño explorar las propiedades de los
objetos como el peso, la gravedad, el color, la sonoridad... Mediante
la observación y la manipulación de la botella el niño busca
diferentes reacciones con el material que se le presenta. A la vez,
le ayuda a fijar la atención, a observar los detalles y en algunos
casos pueden ser usadas como elementos para llegar a la calma.
Se
trata de un material que puede ser utilizado por el bebé des de que
se sienta hasta ya muy mayor (lo reconozco, yo paso ratos mirando
algunas de las botellas).
En
este artículo os vamos a mostrar nuestro set de botellas
sensoriales, nuestra experiencia con ellas y algunos fallos que hemos
tenido.
Para
hacer este material se necesita una botella pequeña y transparente.
Hay muchos tipos de botellas que se pueden usar para hacer este
material. Hay algunas tiendas donde venden botellas con formas
preciosas, pero en nuestro caso compramos “Fanta” de marca
Mercadona y les quitamos la etiqueta. Elegimos estas botellas por ser
bastante lisas y de plástico duro. Es importante el hecho de que la
botella sea de plástico duro, ya que si se deforman o se rompen
podrían resultar peligrosas. Una vez montadas las botellas es
imprescindible fijar el tapón con silicona o con cinta adhesiva.
Nuestra
colección de botellas sensoriales se divide entre las que llevan
líquido y las que no. De momento Martí juega con las botellas que
no llevan líquido, ya que las que lo llevan pesan demasiado para él,
así que no las puede mover como él quiere. Es importante tener esto
en cuenta, ya que nosotras no pensamos en ello cuando se las
presentamos por primera vez y él intentaba levantar-las pero se le
caían y se frustró bastante.
Esta
lleva arena de color amarillo para peceras.
La
siguiente lleva arena de playa y pequeños elementos de playa:
conchas, caracolas, piedrecitas... Con ella escucha la sonoridad de
la arena y observa los detalles escondidos entre la arena. Sin duda
es de nuestras favoritas.
Esta
lleva cascabeles de diferentes colores y medidas. Es de las primeras
que pudo manipular, ya que no pesa nada. Además el sonido le llama
mucho la atención.
La
siguiente está hecha de arroz con colorante alimentario. Teñimos el
arroz con colorante en gel, lo dejamos secar y lo pusimos en la
botella. He de decir que esta botella no nos funciona bien ya que el
arroz se queda apelmazado y antes de que pueda jugar le tenemos que
dar un golpe para que el arroz se despegue.
En
esta hay bolitas de esas que se hidratan para poner en las plantas.
Es de esas botellas que invitan a jugar con la luz.
En
la siguiente botella hay agua y piedras de colores de pecera.
Decidimos añadir agua a esta botella ya que así la caída de las
piedras era más lenta. Es de las botellas que más pesan, con lo que
con 8 meses aún le cuesta manipularla.
Esta
botella lleva aceite de almendras y gomas de pelo de plástico. Esta
es una de mis botellas favoritas, me encanta mirar como se mueven las
gomas, sus colores, las formas que hacen...
Esta
lleva pompones de diferentes medidas y colores y agua.
La
siguiente lleva abalorios de pulsera pequeños de diferentes colores,
popurrí de esos de fiesta con muchas formas y colores y agua. Como
veis, alguno de los elementos ha dejado un leve color rojo en el
agua. Esta es una de las botellas que tuvimos que repetir varias
veces. Al principio le añadimos unos abalorios rojos que dejaron el
agua muy oscura y fea. Como consejo, antes de cerrar las botellas,
esperad un par de días para ver que nada destiña el agua en exceso
o haga un efecto feo.
Y
la última botella es nuestra estrella. Le llamamos la botella de
calma o del universo. En ella hay agua, gomina, purpurina plateada, azul y
morada y estrellas de diferentes medidas irisadas. Nos encanta
agitarla y ver como se mueve la purpurina, ir buscando las
estrellas...
Al
principio también hicimos una botella con limpiapipas de
colores. Inicialmente no le pusimos agua, pero todas las pipas se
enrollaban y se movían como un bloque. Luego le pusimos agua y a los
tres o cuatro días el hierro del centro se oxidó y dejó la botella
horrible, así que no os aconsejamos hacer esta botella.
Y
de momento esta es nuestra colección de botellas sensoriales. Se
podrían hacer muchísimas variaciones, con piedras pequeñas de
playa (la tenemos pendiente), con plumas, con agua y muñequitos...
Es difícil cerrar la colección, ya que muy a menudo se nos ocurren
ideas nuevas, encuentras material nuevo para hacer otra botella...
Esperamos que os animéis a hacer vuestra botellas y si las hacéis y
colgáis fotos, por favor, etiquetad-nos!
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