viernes, 23 de septiembre de 2016

La semana más triste

Quizás muchas de las personas que lean el post de hoy no me entenderán o me tacharan de exagerada. Yo incluso me creía más fuerte…pero sé que entre todas las personas que tienen el título de madre o padre las hay que se sentirán identificadas con mis palabras, las que al leer el post de hoy recordaran con nostalgia su semana más triste y quizás el corazón les dé un pequeño saltito en el pecho. 

Yo, que llevo años trabajando en educación, he tenido la suerte de poder ser tutora de esos pequeñines de tres años que empiezan en el cole de los mayores, y yo, como casi todas, (y no digo todas porque sería osado por mi parte ya que no las conozco a todas) he pronunciado esas fantásticas frases de: no pasa nada!!, si se le pasa en cinco minutos! En cuanto te vas deja de llorar y se pone a jugar!! No te preocupes la mama ya viene!! 

 He podido ser de las pocas afortunadas que trabajando en España he podido alargar el tiempo de baja por maternidad para poder estar en casa con mi hijo. Y digo afortunada, porque nos las hemos podido arreglar para pasar sin mi sueldo una vez se me acabaron las fantásticas 16 semanas de permiso de maternidad que el sistema español te brinda para dedicarte en exclusiva a la crianza de tu recién nacido (ese es un tema que me daría para escribir un libro, pero no ahondaremos ahora en él). También tengo la suerte o la desgracia, según se mire, de no estar fija en un centro escolar, cada año me envían a cubrir un puesto diferente, esto me permite empezar el curso sin esas miradas recriminadoras por haber estado un curso escolar de baja, o esas conversaciones en las que no te enteras de nada porque el tiempo no se detuvo mientras estabas en casa. 

 Pues bien, este verano estaba tranquilamente jugando con Martí cuando sonó mi teléfono y vi en la pantalla que era el director del último centro en el que había trabajado. Este me llamaba para comunicarme que en el centro había surgido una plaza y querían contar conmigo para cubrirla. Después de hablar mucho con Gina y valorar los pros y los contras de volver a trabajar o quedarme un año más en casa, decidimos que aceptaría la vacante y volvería en septiembre al mundo laboral. Y aunque hemos disfrutado de un verano en familia estupendo, septiembre ha llegado y con él, el momento en el que Martí y yo nos hemos tenido que separar. 

Cuando te encuentras en esta situación vives sentimientos encontrados, por una parte te hace ilusión volver a la rutina, volver a ser tu, tener tu espacio en el que realizar aquello que te gusta, vestirte con decencia sin llevar la camiseta llena de mocos… Pero al mismo tiempo, sientes un vacío en tu interior, sientes que dejas una parte de ti en el jardín de infancia. Cada día te vas a trabajar con el corazón encogido. Te alejas hacia el coche dejando atrás el llanto desesperado de tu hijo, que aunque se lo intentas explicar no entiende porqué lo abandonas con esas personas desconocidas que le dicen que estará bien. Tu hijo, ese pequeño al que durante sus primeros meses de vida has intentado evitar los llanto y los malos momentos, se pasa medio día llorando y tu no puedes hacer nada por consolarlo des de la distancia. Estas en el trabajo intentando dar lo mejor de ti, pero no puedes evitar preguntarte cómo estará pasando el día. Miras el reloj contando los minutos que quedan para volver a casa y ver esa sonrisa que sólo él te sabe ofrecer, esa sonrisa que te demuestra lo importante que eres para él. Pero el tiempo pasa muy rápido y antes de darte cuenta vuelve a sonar el despertador y se vuelve a repetir la dolorosa escena de cada mañana. 

Y así, a lo tonto, van pasando los días y por fin llega el esperado fin de semana. Esos dos días que ahora disfrutas más que antes, si cabe, en los que vives los momentos cotidianos como grandes acontecimientos y que poco a poco te ayudan a olvidar la semana. Sin duda, la semana más triste.

3 comentarios:

  1. Y añadiendo Además q mientras ellas calman y ço suelen a tu hijo/a, tu estàs haciendo la adaptación y calmando y consolando a los hijos de los demás... Q irònico... 😉

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    1. Si, que ironias tiene la vida... justo este año Gina está consolando a los de P3 mientras Martí es consolado por otros...

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