viernes, 10 de febrero de 2017

BLW: cuándo empezar y cómo

Hace unos meses os estuvimos hablando sobre el método BLW como alternativa a los triturados para introducir la alimentación complementaria. Os estuvimos hablando sobre en qué consistía el método y sus ventajas e inconvenientes según nuestra opinión. Pues bien, imaginemos que después de informaros y leer nuestros post habéis decidido que seguiréis el método BLW con vuestro retoño. Ahora la pregunta sería, ¿Cuándo hay que empezar? ¿Por dónde empiezo? ¿Qué le ofrezco primero? 

La OMS recomienda lactancia exclusiva hasta los 6 meses y preferiblemente lactancia materna. Esto no es aleatorio. El sistema inmunitario y el aparato digestivo no están preparados para introducir nuevos alimentos hasta esa edad. Además, cuando nacen, todos los bebés tienen un reflejo de extrusión en la punta de la lengua que hace que de forma automática, cuando un objeto que no sea el pezón o la tetina del biberón, entre en contacto con la boca, el bebé lo escupa (por eso escupen el chupete). Esto era de suma importancia especialmente antiguamente, ya que los bebés estaban tumbados boca arriba en la intemperie, así, si una hoja pequeña, o una pequeña baya caía en la boca del bebé, éste la expulsaba de forma automática y no moría por atragantamiento. Este reflejo se mantiene así hasta que el niño es capaz de girar la cabeza por sí solo, ya que en ese momento, cuando entra un cuerpo extraño en la boca, éste puede girar la cabeza y expulsarlo. Así pues, a los seis meses se puede empezar con el BLW? No, la edad no es el único indicador para saber cuándo se puede empezar. Veamos cuáles son los otros indicadores: 

1. El niño muestra interés por la comida. Cuando está en la mesa intenta coger el contenido de tu plato, te observa cuando comes … 

2. Se pone las cosas en la boca y hace como que mastica. 

3. Se sienta solo o con poca ayuda. Esto es básico, ya que un niño que se sienta por sí solo demuestra que tiene suficiente fuerza en el tronco. Un niño que se sienta por sí solo se apoya en los isquiones y mantiene la espalda recta. En cambio, un bebé al que lo han sentado sin estar preparado para hacerlo, se sentará sobre sus nalgas y le quedará la espalda arqueada. Esta diferencia es esencial, ya que en caso de atragantamiento, un niño mal sentado  podría no hacer suficiente fuerza para toser y expulsar el cuerpo. Probadlo y veréis de qué hablamos. 








Como veis, los dos indicadores primeros son fáciles de conseguir, todos los bebés están pendientes de todo lo que hacemos, con lo que es normal que quieran acercarse a la comida. Y meterse cosas en la boca… qué os vamos a contar? cosa que cogen, cosa que va a la boca. La boca es la parte del cuerpo que da más información al bebé sobre el mundo que le rodea, con lo cual, es normal que todo vaya a parar allí. Así pues, es el tercer indicador, el de sentarse, el que marcará la diferencia. Si se sigue un proceso respetuoso con la evolución del niño, no es raro que un bebé se siente por sí solo hacia las 8 o 9 meses. 

Así pues, nuestro bebé ya tiene más de 6 meses, tiene interés por la comida, se mete todo en la boca y se sienta por sí solo. Llega el momento de introducir la alimentación complementaria, pero cómo lo hacemos?

La forma de ofrecer la comida es esencial a la hora de aplicar el método, sobre todo  durante los primeros meses. Al principio la comida se ofrecerá en piezas grandes y alargadas para que el niño las pueda coger con toda la mano y le sobresalga por encima o por debajo. Así, el niño se podrá poner la comida en la boca con más facilidad. Si se le ofrecen piezas pequeñas a un bebé de 6 meses (aproximadamente) pueden pasar dos cosas: que no sea capaz de cogerlas y ponérselas en la boca (cogen los objetos, pero no abren la mano para sacar lo de dentro) o que se atraganten con más facilidad. En caso de cereales (arroz, quinoa ...) se le deberán ofrecer bastante pasados, de forma que éste formará una pasta pegajosa que el niño podrá coger con más facilidad. Al principio hay que ofrecer alimentos que no sean muy duros ni tan blandos que se le deshagan en las manos (evitaremos la manzana cruda, o esos pescados que con mirarlos estallan en mil pedazos). Estas pautas son importantes ya que permiten al niño alimentarse por sí solo.

Esto es muy importante, ya que si facilitamos esta tarea, especialmente durante el primer mes, el niño irá cogiendo confianza en sí mismo, no se frustrará y tendrá más ganas de comer. Poco a poco, sin embargo, podremos ir reduciendo el tamaño de las porciones y podremos ir ofreciendo al niño alimentos más blandos o con diferentes presentaciones (purés, sopas ...)



Al principio ofreceremos los alimentos por separado y sin salsas. Así el niño irá conociendo el sabor y la textura de cada alimento.Respecto a cómo ir introduciendo nuevos alimentos, hay diferentes corrientes. Nosotras nos ceñimos a la teoría de Rapley, pero hay quien cada alimento nuevo lo da tres días seguidos para prevenir alergias. Siguiendo el método de Rapley, cada día se puede ofrecer un alimento nuevo, preferiblemente para el almuerzo, ya que si introducimos alimentos para la cena y le producen una reacción por la noche, podría ser que no la viéramos. Por ejemplo, un día introducimos el pan, al siguiente día (si no ha habido ninguna reacción rara) se le puede ofrecer pan con tomate (el alimento nuevo es el tomate) y el tercer día puede comer macarrones con sofrito de tomate y cebolla (el alimento nuevo es la cebolla). Esto es esencial a la hora de detectar posibles alergias. Es interesante ofrecer alimentos que pueden provocar alergias mientras la lactancia materna es alta (antes del año), ya que ésta lo protegerá ante las reacciones y las minimizará. Asimismo, es interesante saber que si un bebé nota que tiene una reacción alérgica muchas veces se alejará de forma automática  de este alimento. También es importante ofrecerlos durante los primeros meses ya que el niño comerá poca cantidad y por lo tanto la reacción será menor (mejor que coma un pequeño trozo de melocotón y tenga una leve reacción a que coma una pieza entera y tengamos que correr a urgencias)



Hay que observar que decimos ofrecer y no dar, la comida se pone delante del niño, el cual debe estar sentado en la mesa, participando en la comida familiar (el niño come al mismo tiempo con la familia) y es muy importante que él mismo sea el que se ponga los alimentos en la boca y decida qué come, cómo, cantidad ... Se le puede invitar a comer, acercándole algún alimento para que lo huela o ofreciendo-lo en la mano, pero nunca ponerle comida en la boca. Esto podría provocar atragantamiento y además elimina gran cantidad de las ventajas del BLW. Si un niño rechaza un alimento un día no dejaremos de ofrecérselo. Quizás al cabo de unos días decide probarlo y le gusta. (o quizás no, pero nosotras nunca perdemos la esperanza jeje) 

Bajo ninguna circunstancia se debe obligar al niño a comer. Cada niño muestra de manera diferente cuando ya no quiere comer más, hay que aprender a interpretar estas señales y respetarlas. Si un niño un día no quiere comer nada, no pasa nada, al mantener la lactancia materna como alimento principal, éste nunca estará desnutrido. Ofreceremos al niño muy poca cantidad de cada alimento y varios alimentos a la vez (por ejemplo, unas judias verdes, un poco de arroz y un trocito de carne)

Ofreceremos al niño la comida en un plato o sobre la mesa y tendremos otro plato, que no estará a su alcance, con más comida para ir añadiendo al plato del niño en caso de que se coma lo que se le ha puesto, le caiga al suelo o lo destroce. Si se procura tener el suelo limpio, lo que caiga puede ser recuperable. Otro truco podría ser poner un mantel bajo la trona, de manera que todo lo que caiga se le puede volver a poner en el plato. Si se le ofrece mucha cantidad de comida al mismo tiempo, el niño se agobiará y terminará tirando mucha más comida. Cabe destacar que el niño debe sentarse en la mesa con las necesidades básicas cubiertas. No podemos sentar un niño en la mesa con hambre o con sueño, ya que entonces no estará receptivo para experimentar con la comida. Aunque parezca contradictorio, mejor la lactancia antes de la alimentación complementaria, ya que si se sienta a la mesa con hambre lo que conseguiremos es que se enfade más y que no quiera probar bocado. 

El papel del adulto en este método es muy importante. Como ya hemos recalcado, es muy importante que el niño forme parte de las comidas familiares. Esto es necesario ya que el niño ve las costumbres del adulto, como debe estar en la mesa, forma parte de las conversaciones y a partir de la imitación empieza a usar el plato, los cubiertos, la servilleta ... Es por ello esencial que el adulto se comporte como espera que lo haga el niño. Si el adulto come con las manos, por ejemplo, el niño lo imitará.

En cuanto al uso del plato y los cubiertos, hay niños que desde el primer día son capaces de utilizar plato, y otros que lo tiran de forma reiterada. Su introducción dependerá de cada niño. Habitualmente se utilizan platos de silicona que van pegados a la mesa. Estos preparan al niño para el uso de platos de porcelana. En cuanto a los cubiertos, se le pueden ofrecer desde muy pequeños. El niño los manipulará e inicialmente los tirará, pero poco a poco, a partir de la imitación, acabará viendo cómo se utilizan y será capaz de hacerlo.

Sobre todo al principio, es habitual que un niño se atragante. Atragantarse es diferente a ahogarse. Cuando un niño se atraganta emite sonido y por lo tanto el aire entra por las vías respiratorias. Los bebés tienen un reflejo en la lengua que hace que cuando detectan un cuerpo extraño de un tamaño "grande" lo expulsen haciendo arcadas. Este reflejo se sitúa en medio de la lengua hacia los 9 meses y va retrocediendo hasta situarse en el punto donde los adultos tenemos arcadas al poner los dedos. Es importante tener en cuenta esto, ya que la introducción tardía de alimentos sólidos puede provocar más atragantamientos y más peligrosos, ya que el punto donde se sitúa el reflejo
de extrusión está más cerca de las vías respiratorias. Este reflejo, pues,es para evitar el ahogo. Cuando un niño se ahoga, el aire no entra en las vías respiratorias, éste no emite sonido y a menudo cambia de color. En caso de ahogo sería necesario aplicar métodos de primeros auxilios. Pero no os asustéis,  esto pasa muy, muy pocas veces, aproximadamente el 90% de los casos que van a urgencias por ahogo son a causa de cuerpos extraños y sólo un 10% aproximadamente son por alimentos. Asimismo, dentro de este 10% la gran mayoría son debido a frutos secos enteros y huesos. Es importante tener esto claro, ya que cuando un niño se atraganta por primera vez, la reacción automática del adulto es sacar la comida de la boca del niño con el dedo. Esto no se debe hacer NUNCA, ya que podríamos empujarla más adentro. 

La primera vez que el bebé se atraganta, la reacción natural del adulto es asustarse, pero es muy importante que no perder la calma y animar al bebé a que expulse por sí solo lo que le molesta de la boca. La reacción que tenga el adulto ante el atragantamiento será clave a la hora de mantener la confianza en el niño. Es, por tanto, esencial que el adulto nunca deje solo al niño, porque a pesar de que nunca pasa nada, podría ser que el día en que nos giramos pase. Además, para evitar atragantamientos, es muy importante que el niño esté bien sentado en una silla o trona. No se debe ofrecer comida a un niño que está acostado o en una "hamaquita".

Finalmente, cuando el niño acaba de comer hay que ofrecerle agua, ya que los triturados y las papillas llevan agua añadida, pero la comida sólido no, y para acabar hay que revisar la boca del niño para comprobar que no queda comida.

Esperamos que con esta entrada vayáis viendo más claro qué es esto del BLW. Nos gustaría leer vuestras opiniones o que nos comentéis si hay algo que no os queda claro, algo en lo que diferiis… Muchas gracias por seguirnos.